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Lo escuchamos una y otra vez. El estrés puede ser perjudicial para nuestra salud. De esta manera, los consejos sobre cómo manejar el estrés son abundantes, que van desde la meditación y ejercicios de respiración hasta el apoyo social y la actividad física.
Hay otra opción para el manejo del estrés que está ganando un reconocimiento más amplio. Los adaptógenos son sustancias naturales derivadas de plantas que pueden neutralizar los efectos adversos del estrés, como la fatiga, el insomnio, el estado de ánimo deprimido y la presión arterial alta. Nombrados apropiadamente por su capacidad para ayudar a nuestros cuerpos a adaptarse a los factores estresantes, los adaptógenos pueden apoyarnos a través de la tensión de la enfermedad, las demandas laborales o los desafíos físicos.
Quizás menos conocidos en la medicina convencional, los adaptógenos se han utilizado en la medicina tradicional china y ayurvédica durante siglos, y no solo para aliviar el estrés. Los practicantes holísticos encuentran ciertos adaptógenos útiles para la resistencia, la longevidad y el apoyo inmunológico.
A través de más de un siglo de investigación, el concepto de adaptógeno ha sido refinado y modificado. Un consenso general de los criterios para un adaptógeno verdadero incluye lo siguiente:
Los adaptógenos se han segregado aún más en dos categorías: primaria y secundaria.
Un adaptógeno primario ejerce su función al afectar el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) en respuesta al estrés externo. El eje HPA es un componente clave de la respuesta al estrés que involucra, como su nombre lo indica, el hipotálamo, el lóbulo anterior de la glándula pituitaria, y las glándulas suprarrenales. Estas tres glándulas endocrinas actúan de manera coordinada para regular los niveles de cortisol y mantener la homeostasis en el cuerpo.
El hipotálamo es la parte del cerebro que responde al estrés liberando el factor liberador de corticotropina (CRF). Luego, el CRF desencadena la liberación de hormona adrenocorticotrópica (ACTH) de la glándula pituitaria. Posteriormente, la ACTH señala a las glándulas suprarrenales para producir y secretar cortisol. Una vez en el torrente sanguíneo, el cortisol puede desempeñar sus muchas funciones en la respuesta al estrés del cuerpo, incluido el manejo del azúcar en la sangre, la presión arterial y la inflamación.
Después de que el cortisol alcanza cierto nivel de concentración en la sangre, se activa un mecanismo de retroalimentación negativa. A través de este mecanismo, el hipotálamo y la glándula pituitaria reciben señales para inhibir la producción de CRF y ACTH, respectivamente.
Si bien las vías reales son un poco más complejas, la descripción antes mencionada del eje HPA proporciona un esquema básico de varios puntos en los que un adaptógeno primario podría actuar para afectar la respuesta al estrés. Aquí es donde los adaptógenos secundarios difieren de los primarios. Los adaptógenos secundarios no afectan directamente al eje HPA. Si bien de manera similar tienen un efecto normalizador en el cuerpo, lo hacen al influir en los sistemas inmunológico, nervioso y endocrino. Por lo tanto, los adaptógenos secundarios pueden exhibir efectos protectores no específicos en varios sistemas de órganos, proporcionando así beneficios más allá de los de los adaptógenos primarios solos.
Los adaptógenos generalmente vienen en forma de hierbas, raíces o hongos. Se pueden tomar de diversas maneras como un complemento: en forma de cápsulas, mezcladas en batidos de proteína , elaboradas en té o café, o simplemente cortadas para agregarlas a una comida.
Raíz ártica (Rhodiola rosea): Un adaptógeno primario que puede soportar los niveles de energía y ayudar a las personas a sentirse revitalizadas después de dolencias menores como dolores de cabeza y síndromes de gripe.
Ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus): Una hierba adaptogénica primaria que puede ayudar a combatir el estrés, la fatiga y la depresión.
Baya de Schisandra (Schisandra chinensis): Un adaptógeno primario que se ha utilizado para promover la salud hepática y la claridad mental.
Ashwagandha (Withania somnifera): Un adaptógeno primario, también conocido como cereza de invierno o ginseng indio, que puede ayudar a evitar la fatiga y mantener la mente enfocada.
Hongos Cordyceps (Cordyceps sinensis): Un adaptógeno secundario que ha sido utilizado por los atletas para aumentar la energía y la resistencia.
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